Nuestra comprensión de nosotr@s mism@s

(Advertencia: este texto puede no ser distópico)

Inventario

Vive en un país europeo donde el invierno es una forma de carácter. Se jubiló tras décadas de cooperación internacional: informes, vuelos, crisis con nombre propio. Está separado. Sus hijos son adultos y le hablan como si él fuera una noticia antigua. Ha aprendido a estar lejos con elegancia, que es otra forma de rendirse sin ruido.

La nueva cruzada

Con el tiempo libre —ese animal indócil— decide explorar ese nuevo invento del que tod@s hablan: la inteligencia artificial. No para hacerse rico, sino para sentirse útil, que es una superstición noble. Abre más de diez programas de IA: uno sirve para ordenar el mundo, otro para desordenarlo mejor; uno predice, otro fabula; uno consuela, otro acusa.

Él los conoce a todos y ellos, aunque no menos, lo conocen a él. Se pregunta cosas que nadie pidió: ¿cómo enseñarle a una máquina a dudar?, ¿cómo hacer que una estadística sienta vergüenza?

Seguir leyendo

Publicado en Escritura | Etiquetado , , , , , , , , , , , , , , , , , , | Deja un comentario

La ciudad desnuda

Lyon jadeaba aquella noche de Fête des Lumières del 7 de diciembre de 2025 como un animal viejo que se niega a dormirse. El Saona relucía tenso, la fachada de Saint-Nizier parecía estar opinando de todo y de todos, y el stand rojo —ese artefacto postmoderno regurgitando luz y sonido— latía como un corazón enfermo.

Lara no lo miraba. Y no mirarlo era, paradójicamente, la única forma de estar viva allí.

Ser gestora de evaluaciones la había convertido en experta en detectar cosas que no cuadran, pero no en solucionarlas. Años revisando informes ajenos le habían enseñado una verdad incómoda: evaluar es una forma elegante de huir de uno mismo. Ella lo sabía. Por eso Lyon le daba miedo. Lyon no te evalúa: te desnuda.

Mientras avanzaba entre la multitud, una frase que había escrito días antes regresó como un puñetazo sin puño: “Hagas lo que hagas, lo jodes”. No era una queja; era una radiografía. Lo pensaba cada vez que imaginaba aprender a bailar, o a tocar la guitarra, o simplemente a no sabotearse. Se decía a sí misma que era la perdedora profesional, la que no apostaba para no perder… salvo cuando decidía que vivir —aunque fuera mal— contaba como victoria.

Seguir leyendo

Publicado en Escritura, Uncategorized | Etiquetado , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , | Deja un comentario

La fiesta imposible

Crónica resumida de un cumpleaños que salió como siempre: mal, pero glorioso.

El plan era sencillo: lavar mi honra después de un año horribilis y de una reputación sandwicheril por los suelos. Nada decía “redención” como un bufé casero de seis tipos de sándwiches que pretendían salvar mi legado gastronómico. Porque, sí: nadie recuerda lo que cuentas o vales, solo el pan que sirves. Es más: solo el último pan que sirves.

Llegaron Mot y Sica, puntuales y con vocación humanitaria, a rescatarme de una cocina que parecía un episodio de Misión Imposible rodado con presupuesto de colegio de primaria. El resto llegó tarde, porque la vida moderna es eso.

Preparé los sándwiches como quien redacta programas electorales: el Pavo Guaca-Boom, el Mediterráneo Travieso (que no votó ni Dios, aparte de mi, Clara), el clásico de hummus que ni siquiera emocionó al tubo digestivo de mi amiga vegetariana… Cada uno con su filfa ideológica, todos menos uno condenados al fracaso.

Sobraron, por supuesto. Los traviesos siempre sobran; como las ideas revolucionarias.

Seguir leyendo

Publicado en Escritura | Etiquetado , , , , , | Deja un comentario

Introspección y relaciones humanas en Marías

1. Sentido global

Más allá de lo literal, analizamos hoy la obra Todas las almas de Javier Marías plantea una pregunta obsesiva: ¿qué queda de los vínculos humanos cuando sólo podemos acceder a fragmentos de los otros? Marías construye un espacio de reflexión sobre la fugacidad, la memoria y la imposibilidad de poseer plenamente una experiencia o una vida ajena.

Simbólicamente, el relato funciona como una meditación sobre la opacidad esencial de las personas, incluso de aquellas que amamos o creemos conocer. Las “almas” del título son presencias que rozamos, sombras que observamos, pero cuya interioridad permanece insondable. Así, el relato se convierte en una metáfora del intento siempre fallido de capturar lo intangible: la vida interior del otro, el tiempo, la verdad.

2. Influencias y resonancias

Seguir leyendo

Publicado en Autores, Libros | Etiquetado , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , | Deja un comentario

Sabrage y otras microficciones teatrales culinarias

Juro que este fin de semana no me pasó.

O sí.

Depende de qué Clara leas:

—la que escribe,

—la que duda,

—la que solo aparece cuando la vida decide volverse literatura barata,

—o la que firmaría un acta notarial para demostrar que no estuvo allí.

La historia empieza —o eso exigen los manuales de narrativa, porque en realidad esto nunca empieza ni acaba— cuando Enia me recluta como si yo fuera heredera de una corte artúrica menor y me manda en busca de un “sable bendito”, una especie de Santo Grial de acero inoxidable,

o cuando Edgardo, en uno de sus episodios de filosofía leonesa-mediterránea aplicada, me suelta que la vida está sobrevalorada pero que, aun así, hay que celebrarla.

Yo, que sigo convencida de que mi vida social es un erial donde brotan eventos raros como cactus existenciales, a veces pienso que alguien confundió mi destino con el de una influencer fracasada.

Este fin de semana tocó partida doble.

Doble e intensa.

Como si el algoritmo hubiese decidido hacerme un upgrade humano.

Seguir leyendo

Publicado en Escritura | Etiquetado , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , | Deja un comentario

El Amor en Tiempos de Ayuda Humanitaria

Nota al lector/a

No es un cuento. Es un incidente clasificado, un pie de página en la burocracia de la cooperación. Si continúas, ya eres cómplice.

[1. Él]

En los pasillos del compound todo suena a generador eléctrico.

Ella cruza con un dossier bajo el brazo. Él piensa:

“Ni siquiera está en mi cadena de mando, pero el rumor no entiende de organigramas.”

Quiso escribir: “Café después del debriefing”. Borró.

Quiso escribir: “Me gustas, pero juro que no compromete tu proyecto WASH”. Borró.

Sobrevivió un Hola, flotando en la pantalla como un casquito naranja en aguas turbias.

Seguir leyendo

Publicado en Escritura | Etiquetado , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , | Deja un comentario

El árbol de la ciencia: mapa de una inteligencia herida

Pocas novelas españolas han retratado con tanta precisión el malestar moderno como El árbol de la ciencia (1911). Baroja arma un laboratorio narrativo donde la razón examina el dolor y descubre su límite. No es solo “la novela de un estudiante de Medicina”, sino la autopsia de una conciencia que busca sentido en un mundo que parece no tenerlo.

1) Sentido global: más allá del argumento

Leída desde hoy, la novela es una parábola sobre los dos árboles: el del conocimiento y el de la vida. Saber no basta para vivir; a veces, incluso hiere. Andrés Hurtado —médico en formación, observador implacable— confirma que la lucidez sin cauce moral o afectivo desemboca en nihilismo. De ahí que el título dialogue con la tradición bíblica: el fruto del saber abre los ojos, pero expulsa del paraíso de las certezas sencillas.

En clave simbólica, el hospital, la universidad y el barrio pobre funcionan como escenarios-metáfora: instituciones enfermas que contagian al individuo. La enfermedad —orgánica, social, espiritual— es el verdadero personaje colectivo. Y el itinerario vital de Andrés (estudios, prácticas, pueblo, regreso, matrimonio, tragedia) se lee como una curva de desengaño: cuanto más comprende, más duele.

2) Influencias y resonancias

Los esquemas remarcan el peso de Schopenhauer (el mundo como dolor), Spencer y el determinismo biológico y social; también el eco regeneracionista de la Generación del 98: crítica al caciquismo, a la rutina académica y a la miseria urbana. Hay resonancias naturalistas (observación fría, causalidad hereditaria) y un tono que anticipa el existencialismo: la libertad como vértigo ante el vacío de sentido. En España, dialoga con Unamuno (inquietud metafísica) y Azorín (mirada sobria sobre lo cotidiano), aunque Baroja elige la vía del escepticismo activo: ver, nombrar, diagnosticar.

Seguir leyendo

Publicado en Libros | Etiquetado , , , , , , , , , , , , , , , , , , | Deja un comentario

Cambio y Cruces

Clara camina por el sendero de Cruces desde la carretera de Maden hasta el Merca.

El grupo va adelante, riendo; ella queda atrás, como si su paso tuviera la densidad exacta del pensamiento. El aire no es solo húmedo: transpira.

La selva la envuelve con esa familiaridad sospechosa de lo que parece natural, pero no lo es.

Toma una foto: una rama caída, un empedraro en forma de cruz.

Luego otra: el cielo deshilachado entre las copas, un tronco que parece una espiral, los hongos rojos o blancosque respiran despacio.

Y más: una señal roja en un árbol, un charco donde su reflejo pestañea.

Clara no está segura de si fotografía el mundo o si el mundo se fotografía a través de ella.

Piensa que debe cambiar. Que la próxima pisada será distinta.

Seguir leyendo

Publicado en Escritura | Etiquetado , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , | Deja un comentario

Peor Resultado Imaginable

El taller se llamaba “Making Space with TRIZ.
Clara pensó que, por fin, alguien iba a mover las mesas para hacer espacio real.
Tenía razón: lo primero que hicieron fue reacomodar las sillas en círculo. Después, votaron el nombre del subgrupo encargado de documentar el proceso de reacomodo.

La consigna era simple:

“Hagamos una lista de todo lo necesario para lograr el peor resultado posible.”

Risas, marcadores, papelógrafos.
Un técnico propuso: “Duplicar los informes, triplicar las reuniones y enviar correos sin asunto.”
Aplausos.
Alguien anotó: “Asegurarse de que nadie lea las actas, pero que todos las firmen.”
Ovación.

TRIZ, decía el facilitador, era destrucción creativa.
Clara lo entendió enseguida: estaban destruyendo la creatividad con método.

Seguir leyendo

Publicado en Escritura | Etiquetado , , , , , , , , , , , , , , , , , , | Deja un comentario