
(Advertencia: este texto puede no ser distópico)
Inventario
Vive en un país europeo donde el invierno es una forma de carácter. Se jubiló tras décadas de cooperación internacional: informes, vuelos, crisis con nombre propio. Está separado. Sus hijos son adultos y le hablan como si él fuera una noticia antigua. Ha aprendido a estar lejos con elegancia, que es otra forma de rendirse sin ruido.
La nueva cruzada
Con el tiempo libre —ese animal indócil— decide explorar ese nuevo invento del que tod@s hablan: la inteligencia artificial. No para hacerse rico, sino para sentirse útil, que es una superstición noble. Abre más de diez programas de IA: uno sirve para ordenar el mundo, otro para desordenarlo mejor; uno predice, otro fabula; uno consuela, otro acusa.
Él los conoce a todos y ellos, aunque no menos, lo conocen a él. Se pregunta cosas que nadie pidió: ¿cómo enseñarle a una máquina a dudar?, ¿cómo hacer que una estadística sienta vergüenza?









